En Barcelona encontramos una estatua viviente del caballero don Quijote.
Inés nos trajo los libros en forma de cómic que sus papás leían de pequeños.
David no ha enseñado la baraja de cartas de don quijote con las que jugaban sus padres hace varios años.
También Pablo ha encontrado el nombre de Rocinante en una caja de queso y un artículo en el periódico.
Mariem también ha puesto su granito de arena haciendo este recortable.
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